miércoles, 24 de febrero de 2016

JUEGA MÁS




Tus acciones no tienen que dirigirse necesariamente a un fin monetario, instrumental o material. A veces hacer las cosas por puro placer es la mejor forma de sacar provecho de nuestro tiempo.

El tiempo de ocio es un tiempo sagrado. Gracias al descanso y el entretenimiento recuperamos fuerzas y nos cargamos de ilusión para seguir adelante en nuestro camino.

Nadie rinde al 100% si está sometido a un alto grado de estrés. Es cierto que la presión puede servirnos para motivarnos y exigirnos más a nosotros mismos, pero debes de controlar ese nivel de presión para no caer en una autoexigencia excesiva y contraproducente.

Además del tiempo de ocio, es importante también que introduzcas el sentido de lo lúdico a lo largo de toda tu jornada.

Empieza a tomarte las cosas como un juego. Intenta divertirte con lo que haces, sea lo que sea. Esto no significa que no te lo tomes en serio, al contrario: recurriendo a tu sentido lúdico estás logrando dar a tu actividad un sentido especial, reconfortante. Hacer de tu trabajo un juego dota al trabajo de una implicación emocional mayor y más satisfactoria. 

Investiga, explora, experimenta, concédete margen para dar rienda suelta a la imaginación y la diversión. 
Deja de preguntarte "¿Para qué me va a servir esto?", y comienza a pensar ¿"Cómo puedo pasármelo bien haciendo esto?".

Busca en tu entorno ocasiones para jugar de diferentes formas: dedica más tiempo a jugar con tus hijos, sobrinos o nietos; idea formas de jugar con tu perro o tu gato; inventa pequeños juegos que puedas practicar mientras paseas (¿quién no ha jugado a adivinar el color del próximo coche que pase?); haz dibujos, moldea plastelina como cuando ibas al colegio, disfrázate, monta una fiesta improvisada en casa con la excusa más peregrina que se te ocurra...

Desarrollar tu sentido lúdico de la vida te hará sentir mejor, alimentará tu creatividad y te ayudará a reducir las resistencias que están bloqueando la realización de tus sueños y aspiraciones.

[Imagen: Unsplash ]



miércoles, 17 de febrero de 2016

ELIMINA TU RESISTENCIA




Para alcanzar un estado de ánimo óptimo (aquel que te pone en disposición de manifestar las experiencias que deseas), es necesario que elimines o reduzcas tu resistencia. 

Nos han educado para creer que las cosas solo se logran con trabajo y esfuerzo. Hemos crecido en la cultura del hacer. Sin embargo, puede ser mucho más productivo y satisfactorio dejar de hacer.
Concretamente, lo que te propongo es dejar de oponer resistencia. Esta resistencia no siempre es consciente, pero, a no ser que hayas alcanzado la iluminación, si eres un ser humano corriente como yo, te aseguro que generamos resistencias en nuestra vida diaria de forma casi constante.

Resistencia es quejarte del tráfico. Resistencia es soltar un improperio cuando se sale la leche de la taza en el microondas. Resistencia es criticar a un compañero de trabajo. Resistencia es charlar con las amigas de lo mal que está el país. Resistencia es mirarte al espejo y pensar lo mucho que te gustaría ser más delgado, o más guapo, o más alto, o frenar la caída del cabello. 

Resistencia es todo pensamiento, ya sea interno o expresado en voz alta, que se opone al estado natural de bienestar que te corresponde por naturaleza.

Eliminar tu resistencia no significa negar la realidad, ni fingir ser quien no eres, o falsear tus opiniones. Eliminar resistencia es quitar esa barrera de negatividad que está frenando tu crecimiento. La resistencia impide que tus deseos se manifiesten en tu experiencia. 
Para reducir tu resistencia debes suprimir toda actitud de queja u oposición, y sustituirla por una actitud de aceptación y gratitud.
En tu experiencia presente puede haber aspectos con los que no estás conforme. Cosas que te enfadan, te entristecen o te deprimen. No te pido que te alegres por estar viviendo esas circunstancias. Tan solo deja de quejarte por ellas.

Deja de quejarte. Abandona la crítica y el insulto. Si algo te molesta, piensa en algo que forme parte de tu presente y que sí te agrade. O si no hay muchas razones presentes para el optimismo, visualiza en tu mente aquello que te hace sentir bien. 

Aunque no puedas controlar las circunstancias externas, sí puedes controlar tu respuesta interna, tu punto de vista.

Todos tenemos malos momentos, baches, periodos de oscuridad que parecen no acabar nunca. Pero te garantizo que la luz volverá a ti. Recuerda que el bienestar total es el estado natural de tu realidad. Ignora el impulso de luchar contra lo que no quieres, y comprobarás como antes de lo que esperas las cosas empezaran a cambiar a mejor por arte de magia. Como poco, empezarás a sentirte mejor. Y llegará el momento en el que incluso te sientas bien... 

Y sentirte bien es un gran triunfo que ya te pertenece.



[Imagen: Unsplash]


miércoles, 10 de febrero de 2016

TUS PENSAMIENTOS TE AYUDAN




Tienes la oportunidad de crear tu experiencia a través de la herramienta más poderosa que existe: tus pensamientos.

Seguro que la idea de la Ley de Atracción te es familiar, o al menos te suena: atraemos con nuestra vibración las experiencias que conforman nuestra realidad. Es una Ley que solo puede comprobarse con la propia experiencia. En mi caso puedo decir que los resultados me llevan a creer en ella, sea cual sea su explicación subyacente o la mecánica cuántica que puede sostenerla.


Las sincronías, esos curiosos momentos de "qué casualidad, ahora que pensaba tanto en ello, aparece...", son momentos mágicos que nos hacen sentir un cosquilleo especial. Todos podemos crear estos momentos mágicos. El proceso es muy sencillo:

Para atraer algo, debe estar en consonancia con nuestra vibración. Aquello que se asemeja tiende a acercarse (otra idea que te sonará si has realizado algún estudio de la Kabbalah).
Nuestra vibración se genera a través de nuestros pensamientos. Las ideas y pensamientos de nuestra mente provocan una reacción emocional. Las emociones se manifiestan en nuestro cuerpo, las sentimos. Cada emoción (miedo, alegría, esperanza...) genera una vibración. Por lo tanto, las emociones nos hacen vibrar y emitir una frecuencia.
Nuestra vibración atrae una realidad equivalente. El ritmo de la atracción depende de la resistencia que estemos ofreciendo: la duda y la preocupación es una resistencia que ralentiza el proceso. Por el contrario, la confianza y la despreocupación nos liberan de resistencias, y el proceso de atracción se acelera.

Es así como nuestros pensamientos hacen que una determinada realidad se manifieste en nuestra experiencia.
Si cuidamos nuestros pensamientos, lo que la voz de nuestra cabeza dice sobre el mundo y sobre nosotros mismos, lograremos manifestar una realidad agradable, positiva, que responda a nuestros deseos y objetivos.

Te animo a que lo pruebes. Empieza a contar tu propia historia. Piensa y habla de tu vida como si ya fuera la vida que deseas para ti. ¿Recuerdas cuando en la infancia jugabas y te metías tanto en el papel que era como si lo estuvieras viviendo realmente? Esto es lo mismo. Recupera esa capacidad ensoñadora, y aliméntala con Fe e Ilusión.

Celebra cada pequeño avance que percibas. Anota esas pequeñas sincronías, casualidades y momentos mágicos que te sorprenderán cada día. Cuanto más te lo creas, más razones tendrás para seguir creyendo.

Si te interesa el tema, te invito a investigar y leer más sobre la labor de Abraham-Hicks. Personalmente, los libros de Jerry y Esther Hicks sobre la Ley de la Atracción son los que más me han enriquecido.

¡Un abrazo!


[Imagen: Unsplash]

jueves, 4 de febrero de 2016

APRENDE A VER CON NUEVOS OJOS



Si cada día contemplas lo que te rodea con nuevos ojos, todo tendrá un brillo propio. 

Sea cual sea nuestra situación vital actual, es inevitable desarrollar ciertas rutinas: ir al trabajo, llevar a los niños al colegio, conectarse a internet para ver ofertas de trabajo, salir a hacer running, preparar la comida, poner la lavadora... Tareas repetitivas que, al realizarlas día tras día, pueden sumergirnos en una sensación de hastío, incluso desánimo.

Para mantener y alimentar nuestro entusiasmo es necesario proporcionarnos nuevos estímulos cada día. Probar cosas nuevas, vivir aventuras y animarnos a explorar lo desconocido es maravilloso, y cada pequeño paso en ese sentido es un gran avance. Pero no siempre podemos entregarnos a la aventura. Los horarios y las obligaciones nos determinan.

La clave está en convertir esos horarios, esas rutinas y obligaciones, en una ventaja. En una fuente de redescubrimiento. 

Observa cada detalle del camino que tomas cada día. La naturaleza y también la ciudad están vivas. Cambian y se renuevan sin descanso, ofreciendo mil matices que esperan para estimular tu capacidad de asombro. 

Transforma una tarea rutinaria en un ritual sagrado. Todo proceso es sagrado, porque nos conecta con nuestra capacidad de crear, nuestra capacidad de influenciar en nuestro entorno y hacer realidad algo que antes no existía. 

Bajo esta nueva forma de ver, hacer una tortilla es un verdadero truco de magia.
Nuestra casa se convierte en una jungla llena de misterios, sonidos, aromas y texturas que nos arropan. Crea tu nido ideal como lo hace el pájaro, busca, cambia, deja volar la fantasía.

En esencia todo se resume en recobrar el espíritu de nuestro niño interior, con su infinita capacidad de asombro.

Abre los ojos de ese espíritu ingenuo y alegre que sigue dentro de ti, y mira a tu alrededor.

Déjate sorprender, no esperes nada.
Tu entusiasmo comienza con un nuevo punto de vista.



[Imagen: Gratisography]