lunes, 7 de noviembre de 2016

MANTÉN EL SUFLÉ ALTO


La ilusión es tu herramienta más poderosa para atraer aquello que quieres. Tu entusiasmo permite que aquello que ya has creado y convocado con la fuerza de tu deseo llegue a ti y se manifieste en tu experiencia.

Date el lujo de ilusionarte todo lo que quieras, date permiso para imaginar los escenarios más maravillosos, entusiásmate como si no existiera la más mínima posibilidad de que todo, absolutamente todo, acabe tal y como tú quieres.

Olvídate de las viejas estrategias que hemos aprendido: "No voy a ilusionarme, porque si al final no lo consigo o no sale tal y como espero, acabaré pasándolo aún peor". Esa visión es errónea. Tu prudencia, tu miedo, es justamente lo que puede acabar estropeando tu suflé. Cuando empiezas a ser demasiado prudente, cuando comienzas a prepararte para un fracaso, el horno de tu deseo se enfría, y el suflé se desinfla.

Mantener tu suflé bien alto depende únicamente de ti: dedícate con entrega a tu deseo con toda la ilusión que puedas sentir. Deja a un lado las críticas (tanto internas como externas), el catastrofismo, incluso el sentido común.

Recuerda: si puedes desearlo, puedes manifestarlo en tu experiencia. La barrera que se interpone entre esa manifestación y tú está hecha de tus resistencias (miedo, pesimismo, quejas, impaciencia, negatividad). Cuanto más calientes tu horno ilusionándote, sintiendo alegría pensando en lo mucho que vas a disfrutar al ver tu deseo realizado, antes tendrás listo tu suflé: inflado, precioso, perfecto y ¡listo para comer!

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